"He salido y se acabó la tranquilidad
bañado en una luz nueva
lloro y lloro (desconectado)
un cerebro destruído amamantado
y alimentado por los sonámbulos"
Hay veces, pocas pero hay, en que los sentidos nos hacen pasar por experiencias francamente memorables, pero a la vez estos momentos se vuelven tan reveladores como inexplicables, imposibles, casi, de traducir en palabras. Es aquí donde los sonidos, y la música juegan un papel fundamental en la historia de la vida -quien dijo que la música era la banda sonora de nuestra vida no estaba tan equivocado-, la música se vuelve, muchas veces, imprescindible cuando marca determinada etapa o momento en nuestras historias personales, asociamos y nos conectamos en los recuerdos a través de, cual un aroma, una imagen, lo hacemos a través de un sonido, tanto que desarrollamos, en este último caso, una memoria musical.
Pero qué hay de aquellos momentos en que los sonidos nos toman de imprevisto, cuando es una música la que nos envuelve de la nada y nos hace detenernos un momento, y a la vez detener todo, y contemplar aquel instante desde los sentidos, de alguna forma reinventar en aquel instante el mundo a través de los sonidos.
Prueben, si tienen la oportunidad y están dispuestos a darse el momento, con algo de Sigur Rós -banda islandesa con varios discos a su haber, coterráneos de Bjork con quien mantienen más de alguna conexión musical-, y no presionen, el momento llega inevitablemente, sólo disfruten y dense ustedes mismos el tiempo, la oportunidad de quedarse en ustedes y contemplarlo todo desde otra perspectiva.
El tema que dejo traducido abajo, dedicado a quienes tuvieron la oportunidad de verse envueltos en un caos sonoro total, una intensa y a la vez delicada unión de realidad y sentido, de memoria y sonido, que seguramente evocarán al escuchar aquella canción, mezcla de ángeles y sonámbulos.
Nicolás
...Sweet Insanity...
Sonámbulos (svefn-g-englar)
aquí estoy de nuevo en tu interior
me encanta estar aquí
pero no me quedaré mucho tiempo
estoy flotando, hibernado bajo el agua
en un hotel, alimentándome en el panel eléctrico
pero la espera me inquieta
(expulso la fragilidad)
y grito
(tengo que irme)
ayuda
he salido y se acabó la tranquilidad
bañado en una luz nueva
lloro y lloro (desconectado)
un cerebro destruído
amamantado y alimentado
por los sonámbulos.
(Del Album "Ágætis byrjun", 1999.)